Hace años, cuando todavía era estudiante universitario, asistí a una conferencia del profesor Rafael Alvira titulada "El aburrimiento o la muerte social por insuficiencia filosófica". Esta conferencia la encontré después redactada en un librito que lleva acompañándome mucho tiempo. El libro se titula Filosofía de la vida cotidiana y por una de aquellas, esta tarde, mientras escribo esta entrada, lo tengo delante de mí abierto, precisamente, por el capítulo titulado "El aburrimiento", provocando una extraña sensación que me lleva a compartir algunas reflexiones que nos hace Alvira y que reproduzco a continuación:
"El porvenir asedia al presente. En esa terrible urgencia, casi se olvida que se vive, de tanto vivir ardientemente."
"Sólo cuando se está liberado de las necesidades de la vida, uno se descubre dominado por lo que la vida tiene de contingente: entonces aparece el aburrimiento."
"Cuando en la vida ya no hay problemas, es la vida la que se convierte en problema: ¿Qué hacer hoy? Tenemos, está a nuestra disposición, algo decisivo -el tiempo- que no queremos o no sabemos usar. Ahora bien, como el tiempo pasa, de hecho el no usarlo es un dispendio, una forma de exceso existencial. Por eso, tradicionalmente el aburrimiento se considera enfermedad de rico."
"El amor y la fuerza dan a la palabra el dialogo: tengo algo que decir, porque me he vencido -la fuerza de negarme- y me he llenado de lo otro o del otro, que me entusiasma. Así, puedo responder. Ese responder es un activo dar a luz en la verdad. Es una novedad, una ocurrencia, pero no caprichosa, sino originada por el encuentro con lo real, con el ser del otro.
En cuanto la filosofía es el ejercicio del espíritu que me entrena para ver el ser, lo real, la filosofía es el instrumento universal básico para el diálogo, es decir, para la existencia de la sociedad , o sea, de la persona"
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.