No
se conoce ningún pueblo que no tenga o haya tenido una – más o menos marcada-
conciencia religiosa, pero ¿cuál es el origen de dicha conciencia?, ¿cuáles han
sido las pruebas que se han ofrecido para defender la existencia de Dios?, ¿qué
objeciones se le han presentado?
Se puede marcar el origen de una conciencia
religiosa a partir de los primeros
enterramientos sobre los que se tienen evidencias arqueológicas. A lo largo de
la historia observamos distintas formas de tratar a los muertos; sin embargo,
pese a las diferencias en creencias y ritos, el fundamento de nuestras
costumbres funerarias sigue siendo el mismo: el deseo de recuerdo y el anhelo
de inmortalidad.
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